Pese a todo

Pese a todo

Pese a todo

Saltando las sombras de las estrofas que deambulan por el aire, descubriendo nuevos horizontes nunca antes pisados ni usados por el hombre, crezco en tierras extrañas que me abogan pérdida de paz y de silencios que ensordecen mis oídos, nieblas que nublan la razón de los que sirven en las calles.
Perros voraces quemando con artes las cosas que bellas y ciertas son, para que no las veamos el resto, para confundirnos entre quebrantos de desesperación, porque no quieren vernos felices, porque no desean que crezca la aurora, ni permiten que pasen los rayos del sol brillante del amor sabio y nutrirnos así de su sabiduría, de su confortable calma y destino inexorable que asoma  pese a ellos.
Todas las cosas que existen no son visibles para el hombre, solo aparecen aquellas que hemos creado y aún algunos que desean más que creen,  sienten el hambre entre sus almas de que se hagan visibles ante ellos.
Al contrario de lo que se exige, no es ver para creer, sino creer para ver.
Perdonar no hay nada que perdonarse, solo existimos con un propósito y es llevarnos la alegría de ser felices, ayudando a otros a levantarse a limpiar las lágrimas de la impotencia y la ignorancia de los aún ciegos, pero no insalvables, de los desvalidos y los que buscan forzar la naturaleza a su antojo, porque no saben, porque no creen,  porque no sienten lo que siento, lo que tu sientes que me sientes al leer.
Tengo la certeza y desde allí, me aventuro en las sombras arrastrando la luz que me alumbra y  que quiere alumbrarte,  quiere que te cubras de ella, no es la luz que alguien pida como un postre luego de un almuerzo; no,  ésta luz es la verdad que alumbra, la que mantiene y ha mantenido el equilibrio absoluto del todo. Porque sé que yace tras eones de tiempo, porque tener certeza te hace leve y sutil, apenas pisando el suelo, te eleva sobre las nubes y te da una vista panorámica de lo que debajo ronda.
Nada la puede tapar ni detener su presencia es continua  diáfana y real, por ella y gracias a ella es que hoy estamos aquí  tú y yo. No abandones, no hay más que un fin a nuestro destino.
Cree en ti, cuando te ataque la duda y el miedo, porque sabe más y es lógico el corazón del hombre que el hombre desgarrándoselo  por desesperación de no confiar en sí mismo.
Tienes todo para ser feliz, ahora confía.
Domingo 18 Diciembre 2016  JP.©



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