Sin tí no soy nada J.Perdriel Aquieta mi voz el murmullo del agua en un arroyo cercano, comprendo entonces que tenías tú el lecho vacio de odios y desdénes , que nadie quema tus pertenencias , ni tus ramos , porque servistes fiel a mi caballo , no es montura de cobre ni de niquel , sino de seda y de lino , los que si te tienen miedo son los hombres que caminan en las noches y que deslizan sus sombras tras los muros enmohecidos del encierro. Comprendes y lloras entregado al exílio del poder del dinero, como llagas penetran tu alma y tu voz pura que llama ,entérate de mis honras y decóros, no te conocen de frente los herejes ,que llenan raudos sus alforjas por las armas ; de tu boca parten lúcidas palabras de paciente espera, que l...