Dirige al norte tu navío Volver a arroparme en mis letras, sentirte cerca pero tan lejos, hace que me obligue a llamarte y decirte que naces del brillo de tus ojos, de los destellos de las estrellas, en las paradas que hace el agua al caer desde lo alto. Sobrepasaste el hemisferio olímpico y posaste tus manos arriba de ellos, no tomaste tu tiempo para observar que eran enlaces directos al cielo y encontrarte en una terraza alta sin subirte primero por las escaleras, es algo que marea a más de uno; sin embargo aquí estas incluyendo en tus días a los hombres bellos, en los ángeles de la tierra. La dulcedumbre embriaga a quién conecta con lo etéreo y magnifica aún más nuestras almas; sobre lo bello no reclamo ni por seres ni por causas, solo reclamo que percibas, que estés atento, que mires sin pestañear desde dentro y hacia afuera, haz virar el barco encausando el rumbo al norte esencial del destino magnífico, en vez de soltar el timón y estrel