¿Existe realmente el libre albedrío o está nuestro comportamiento predestinado por causas ajenas a nuestra voluntad?

Por supuesto en este breve comentario no vamos a intentar dar respuesta a esas perennes preguntas de la filosofía que van a la esencia del sentido de la vida y que los humanos, como ¨animales metafísicos¨ que somos, nos hemos estado haciendo desde que desarrollamos la capacidad de razonar. Pero sí quisiéramos sugerir algo al respecto. Quizás la dificultad que tenemos para encontrar las respuestas que buscamos estriba en que no estamos haciendo las preguntas correctas. Quizás en vez de preguntarnos el por qué, o el quién, o el cuál de algo como el libre albedrío (por qué lo tenemos, o quién nos lo dió, o cuál es el propósito de que exista), mejor deberíamos preguntarnos el cómo y elcuánto, es decir: cómo funciona el libre albedrío y cuánto de el realmente tenemos los humanos; como especie y como individuos que nacemos dentro de ciertas circunstancias específicas, como son las condiciones biológicas y económicas de nuestro desarrollo, o las limitaciones propias de nuestro sistema de creencias y nuestra herencia cultural; ya que según indican algunos experimentos recientes en psicología, es posible que la cantidad de libre albedrío que tenemos en un momento dado dependa en primer lugar de cuánto creamos que lo tenemos. Es decir, que el libre albedrío podría resultar ser algo así como un efecto cuántico que, al igual que sucede con las partículas subatómicas, solo se manifiesta en nuestra realidad física cuando lo experimentamos directamente, o sea cuando en efecto lo medimos al hacernos concientes de él.

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