A pesar de los tumbos y las desgracias
A pesar de
los tumbos y las desgracias
A pesar de los tumbos y las desgracias, a pesar de los tonos
graves de las bombas, sobrevivo entre gracias y desgracias, entremezclando los
absurdo y lo sutil, desenvaino mi espada entre las hojas y perfilo mi alma a la
batalla, perduro sin saber a qué apegarme, porque lo escrito desoye las voces
que los hombres mellan con sus actos impunes; el perdón no es de nadie el
preferido. Parece que la única alternativa nace desde el espanto y el horror
del desencuentro.
Emociones que se exaltan porque alguien ha callado las voces de los inocentes que mueren
cada día, sin nosotros siquiera saber sus nombres ni sus banderas, ni sus
luchas clandestinas, pertenecen a los altos muros donde el hombre domina a
otros hombres a base de prepotencia y cinismos; porque creen que un trozo de
plomo puede más que un grito de impotencia.
Detrás de cada hogar, de cada luz encendida tras las
ventanas que brillan, persisten caprichosos los sueños de algunos niños; porque otros solo pueden dormir de a ratos,
ellos inocentes como todos, indefensos y
víctimas del egoísmo y la avaricia de algún hombre enfermo de poder. En
cualquier momento sin querer y por azar pueden entrar en un sueño eterno y no
volver a despertarse; por eso temen y viven de sobresaltos en sobresaltos en un
agotamiento continuo.
Quisiera entrar en sus sueños y calmarlos, abrazados y decirles
susurrando, que todo pasará y que todo estará bien mañana; que todo ha sido una
larga pesadilla, pero que de ahora en más verán brillar el sol sobre sus
cabezas y que lo más grave que puede caer del cielo, son las hojas de un otoño.
Quisiera también entrar en los sueños de los hombres que
cavilan y que sienten hambre de más posesiones
o mejores posiciones sociales; que ansían comprar todo lo que ven y si
no pueden comprarlo poseerlo de cualquier manera pisoteando a quien se
interponga en sus caminos.
A ellos quisiera hablarles al oído en un susurro y contarles de mis cosas, de las cosas que he vivido,
de revelarlos que he sido testigo de cosas maravillosas que nada tienen que ver con sus errados hambres; que todo ha sido un error y que simplemente
hemos venido al mundo a disfrutar de la
vida sin resquicios, que todo nos fue
entregado y que hay de todo y de sobra para todos. Por tanto es absurdo pelear por algo, ya que todo lo
tenemos sin violencia.
Preguntarles que si ¿Han
visto un pájaro, un pez, un animal salvaje pasando hambre?
¿Un alta cima sin nieves? ¿Un amanecer sin la salida del sol aunque cubierto de nubes grises?
Sabes que está detrás de ellas. ¿Has oído quejas de los indígenas por su
destino libre y salvaje?
¿Has visto a un niño sin brillo en su mirada al recibir un
abrazo tierno?
Hoy la tierra se queja, pero por justas razones y no
disimula su enfado.
Frente a ti que te regala cada día el hálito de tu aire para
respirar, nos está hablando con su idioma universal, con su llanto y su dolor,
rota de enfermas mentes que devoran lo que no les sirve, que displicentes
ignoran que hacer el bien entre los hombres es lo correcto, que nadie nace para
vivir en encierro o aislados y que solo desea protegernos, que si hemos vivido equivocados,
podemos aún revertir-lo y cambiar en un ocaso y que el amanecer que viene
,puede ser de paz y armonía vital ,para existir para vivir y amar ,para
disfrutar de lo que queda y más aún aunque lo ignores, que nada se pierde y que
tú mismo luego de estar aquí podrás
seguir existiendo eternamente.
Quisiera susurrar en sus oídos y
en los tuyos, decirte que a pesar de los tumbos y las desgracias; en nuestras manos
está la esperanza y la fe, en nuestras
manos el cambio y la paz del hombre en su eterna existencia.
24 Abril 2016
JP.
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