Alguien más te llama

Alguien más te llama

Cuando las sombras de la noche cubren mi espacio y no tengo más donde ir que hacia mis sueños, te recuerdo como con espada reluciente y con coraza brillante ante mi claustro cuidándome y protegiéndome de mis miedos y de los males mundanos.

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Te llevo conmigo entre las cosas, me persigo con mis mismas amenazas, entre aguas violentas me recuesto y espero llegue el día con un amanecer dorado y pacífico.

Muchas veces que renuncio a no llamarte deseo que tú des la alarma y que nadie quede exento.

Para que todo lo cambies, para que nos quedemos quietos, sin más estrellas robadas o sirenas en las calles, sin estallidos de gritos ni rezongos e improperios. Caídos en el silencio que amenaza nuestros muros, sostengo alto la luz de una lámpara aunque no llego muy lejos, necesito que tu llama me ayude a brillar con insistencia para llegar a los bordes de las hojas y derrames sobre ellas las linternas que fulminan la sombras que empobrecen mis memorias; para llevar en ellas abrazos mimos y cuidados que resuenen en los hombres que quedaron aislados de las voces, perdona si no recuerdo tu nombre pero es que llamo a los hombres totales, los que limpian y también  los que ensucian lo que siento, los que permiten que mire entre sus rejas y los que niegan el derecho a ser libres a los que miran por ellos.

No hay notario que constate y que registre estos hechos; pero aún así no me olvido y no me tiro al abandono, porque sales a escuchar por saber si alguien te ha llamado, detrás de las ventanas de tu casa, acepta que también las esperabas y que tu inconsciencia te reclama, si no me encuentras aquí dentro… ¡Ve afuera, porque alguien más te NECESITA y te llama!. JP.