Aún te Amo Capítulo II J.Perdriel

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                                                    Aún te Amo     Capítulo II       Julio Perdriel

                                                                                         

                                                               



                                   Detuvo su bici, mirando hacia el bosque donde imagino que había pasado ... Lo que fuéra que eso séa. Agudizó sus sentidos escudriñando entre las sombras de el follaje; cuando pensó que habría sido su ¿Imaginación?.Vió una sombra que se cruzó entre los árboles y se perdió mas adentro del bosque.Tuvo la intención de bajarse y perseguirlo, pero su rodilla le recordó que no estaba en condiciones de ir detrás de nadie y menos entre tantos obstáculos y casi totalmente a oscuras. Así que desistió de esa idea ;Además debía llegar a la farmacia que estaba apunto de cerrar.             
El farmacéutico,le indicó el medicamento y además le aplicó una inyección para aliviarle el dolor. -No deberías usar la bicicleta con tu rodilla adolorida - Le aconsejó.                                                                                                           


Marco le explicó: _Es que me entretuve con un encargo para el señor Rossel que estropeó su herramienta de labranza;cuando vi la hora no tuve otra que cojer la bicicleta,de otra forma no hubiése llegado a tiempo.                                                
 A Propósito, he visto algo en el camino.                                                            
 _Algo ¿Como que?-                                                                                              
_En realidad  no estoy seguro; pero fue muy extraño.Vi algo que parecía una figura humana,que cruzó la calle en dirección al bosque y se perdió en el.-                
_Ahora que usted lo dice, sabe que hay rumores en el pueblo y la gente está atemorizada; inclúso alguno dice que ha tenído  un encuentro con algo parecido a lo que usted me dice; Se trata de un vecino pero no quiere divulgue su nombre, teme lo tomen por loco o que estaba bebido y ve cosas que no son.                 




Una noche salió a su jardín a ver porque ladrába su perro;encendió las luces del porche y vió  cerca de la caseta del perro ;un ser muy extraño, no llevaba puesto ropa ,parecía desnudo pero su piel era de un color grisáceo,su cuerpo muy delgado y algo encorbado.Pero lo que más lo asustó fue sus ojos, brillaron en la oscuridad como los de un gato; se asustó tanto que se metió en la casa y buscó un palo para ahuyentarlo, volvió inmediatamente al jardín pero ya no estaba. Su perro estaba acurrucado dentro de su caseta,en silencio y no hizo caso de sus llamadas.                                                            


 Esto ocurrió hace un par de semanas atrás y desde entonces casi no sale de su casa, quedó muy afectado por el extraño encuentro. Señor Ralph; ¿Sabe usted donde vive ése hombre?                                                                    _Si claro no es lejos de aqui. Sigues recto dos calles hasta la gasolinera y luego giras a la derecha,veras el chalet al final de la calle junto al vivero. Se llama Bulko, Por favor no le diga que yo le dije donde vivía; no quiero la tome conmigo por haberlo dicho.-                                                                                                     _No le diré ,confie en mí, solo quiero saber que le ha ocurrido. Tendré que volver otro día; ahora me voy a casa me ire caminando cuesta arriba, me siento mucho mejor, pero no quiero forzar mas mi rodilla por hoy.                                              
_Si estoy de acuerdo, es mejor que te apresures ,esta oscureciendo y... Bueno tu me entiendes no quiero alarmarte pero es mejor estar en casa antes de caer la noche, adios Marco y mejórate pronto.                                                                 




La calle estaba muy solitaria y las luces ya estaban encendidas; miré hacia el bosque y detrás las montañas aparecian de un color azul oscuro, el cielo estaba gris y cargado de nubes oscuras,enredadas con la llegada de la noche.                             
En el camino a casa pensaba en los últimos años de mi vida, en mis sueños de  hombre;  abandoné la carrera de la Universidad y que ahora lo aprendido solo era un hobby al que le dedicaba horas perdidas o los fines de semana.Gracias a eso hice algunos cambios en la casa y también en el taller. Instalé placas solares que me proveían de electricidad; aprovechando la energía que me proveían,construí un invernadero donde tenía muchas plantas que recolecté poco a poco, e instalé una red de luces y termostátos,que lo mantenían templado e iluminado todo el año y como resultado tenía mis propias legumbres y flores como las Alhelí, el Bellis, la Calceolaria, la Caléndula, la Cineraria, los Pensamientos, la Prímula acaulis.Son especies que soportaban bién y me mantenían ocupado.  Mi soledad no era casualidad, sino el resultado del fin de una relación con Nadia, una mujer que conocí en la universidad. Ella cursaba la carrera de Turismo; había sido muy importante para mí durante varios años; la quise mucho y ella también me quería; pero los cambios que hice al mudarme y no terminar la carrera jamás  los aceptó, y esto determinó la relación hasta que acabó.                                                     




Llegué a casa y encendí la tele, miéntras me prepararía algo de cenar; aunque en realidad no tenía mucha hambre; luego de cenar fuí al invernadero a ver mis plantas. Encendí la radio como cada día lo hacía , no solo porque a mi me gusta la música sino también por ellas; he leído varios artículos de estudios que afirman que las plantas responden a los estímulos de vibraciones sonoras tanto para bién como para mal. Si el sonido es agradable ella lo agradecen teniendo mejores resultados en floraciones, sus hojas y colores, resaltándo todas sus virtudes. El invernadero era  acristalado con claraboyas   y ventanas laterales que llegaban hasta el metro treinta de altura del suelo.                                                   




La Parte baja estaba forrada en madera; todo el recinto de unos 100 metros cuadrados tenía un sistema de riego por goteo programado de forma automática. Estaba de pie quitando algunas hojas de  las primula acaulis blancas; aunque estaba concentrado en ello, tuve la senación de que alguien me observaba. Miré a traves de los cristales, todo estaba muy  tranquilo; la noche cerrada  clareaban lo picos de las montañas con un color celeste claro,había nieve en las cumbres. Terminé mi repaso y fui directo a mi cama; por la mañana el sol entro por las ventanas .Calmada y pesadamente me levanté, mi rodilla estaba mucho mejor y enseguida me puse a trabajar en mi taller; sobre el mediodía llegó una Land Rover, bajó una elegante mujer bién vestida con un traje color gris topo y debajo asomaba una blanca e impecable camisa ; cabello rubio y liso recogido en una coleta; llevaba gafas de sol de marca, detrás de ella bajó un hombre alto y corpulento; vestía chaqueta de  caza con muchos bolsillos y unos vaqueros y botas de montaña.                                                                                          




Sacó un equipo de la parte de atrás de la furgoneta;era una cámara portátil de esas que vemos en los noticieros  y unos cables que inmediatamente se apresuró a conectarlos a la cámara, sacó un micrófono del bolso y se colocó detras de ella con su cámara en el hombro derecho. Me hizo gracia ver la escena un poco acelerada para mi natural rítmo.                                                                                                         Ella se presentó y miéntras se quitaba las gafas ,extiende su mano y dice:           
 _Hola buenos días ¿Señor Marco Cahufman ?-                                                       
 _¿Si , digame?-   


Continúa...                                                

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