El mayor premio y el mejor logro conseguido



    El mayor premio y el mejor logro                                conseguido




Importa lo que hago, se supone que un hombre debe o debería hacer para pasar por esta maravillosa vida de forma honrosa.
Entonces...
¿Por qué debemos dejar connotaciones importantes?
 ¿Por qué debemos pasar  por este mundo haciendo cosas que asombren a los demás?
¿Qué buscamos?
 ¿Qué esperamos  recibir?
¿Importa acaso los fracasos que atravesamos?
¿Importa que sientas o que sufras por no poder concretar tus ideales y seguir sin poder marcar un rumbo?
Las personas esperamos aunque no se diga, los merecimientos y gratificaciones a nuestro trabajo, a nuestros esfuerzos, como si la vida nos debiera algo; ya que si nosotros invertimos nuestro tiempo y hacemos sacrificios; es lógico recibir algo a cambio.
Una gratificación o premio merecido.
¿Quién dice que así debe ser?
Por esta causa muchos sufrimos, por no recibir lo que creemos es justo.

¿Qué es lo justo?
¿Mejor dicho que es justo?

Mira alrededor y observa que, parece que la justicia siempre mira para otro lado ,al menos en las cosas que más nos importan ,como la justicia social , la justicia de equidad , de igualdad  y como dicen los franceses, de  fraternidad.
¿Quién se alegra realmente por los triunfos de otros?
¿Quién es tan noble y justo  como para sentir felicidad por los logros ajeno?
No me refiero a los logros deportivos que representan a un país  o una etnia o una raza o un sistema democrático específico. Sino a la felicidad de sentir alegría verdadera por la felicidad de alguien más además de ti, alguien que sientes realmente que merece un premio  o un reconocimiento.
Ese tipo de justicia es la que hace remover tus tripas, de hambre de justicia mundial, completa y sin atajos, sin  reticencias, ni límites de entregas.
Sentir dolor o alegría  por los que sufren aparte de los cercanos a ti, sean familiares, amigos o compatriotas;  eso no tiene mérito, es normal y desde  un punto de vista  más amplio, algo egoísta. No hay sorpresas ni heroísmo en ello.

Me refiero a la nobleza que nace desde el alma, de sentir felicidad por todas las cosas que sí sirven y aportan algo positivo, constructivo, altruista, desinteresado materialmente. Suponemos que hacemos las cosas por la pasión de hacer algo, sin saberlo estamos esperando una palmada en la espalda, un abrazo o una medalla.
Porque desde hace mucho, las cosas se han torcido de una forma alarmante y desproporcionada; hacer lo correcto es heroico, sobrenatural, glorioso.
No debería ser así, debería ser natural y lo correcto, sin pompa ni platillos, solo hacerlo porque es así como lo concebimos; entonces...
¿Por qué  esperar un premio o una gratificación, por algo que es normal?
Según sé, no debería sorprendernos los actos de amor y de entrega  desinteresados.

Cuando sabes que eres el resultado de un acto de amor, cuando comprendes de que no necesitas nada porque así como eres, eres perfecto, no importan los adornos, ni los títulos, ni los triunfos conseguidos por tu esfuerzo  cuando los hacemos por nosotros y para nosotros mismos.
Pero es vital hacerlo por los demás, así apoyando los mejores méritos, los mejores dones, los mejores descubrimientos y aportes a la sociedad de una forma positiva y amable, éstos sí que importan, porque todos estamos ligados y si el mundo crece espiritualmente; allí donde  nuestra alma vive; todos conseguiremos nuestro mejor premio , que es la unión de la humanidad y por consiguiente  viviremos en libertad y respeto absoluto y verdadero , curando heridas y enfermedades ,conflictos y enfrentamientos ,rencores ,odios y desilusiones.
¿Si puedo imaginarlo? Entonces no quedan dudas que  así será, me gustaría más que nada poder contemplarlo con mis ojos.
Es ése nuestro mayor premio y máximo logro.

Lunes 20 Junio 2016 JP.



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