Luciérnagas Marinas


Luciérnagas Marinas

Por la noche me asomé al mar mediterráneo sobre el borde de las rocas confiando en "Ver". Tal mi alegría, goce y disfrute. Pues hable al espíritu del agua pidiendo su compañía; al principio tuve miedo porque desde mi certeza quería que algo ocurriera de todos modos, como un niño curioso que aún lo soy. Un niño adulto pero aún curioso.

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Le expliqué mis preocupaciones y mis anhelos, le hable como lo hago ante dios desde la honestidad y la complicidad; pidiendo luz para el mundo que existe como el ser vivo que es, pero digo "Un ser" Me refiero a  que está vivo y con consciencia. Todo tiene consciencia, solo faltamos nosotros. 

De pronto debajo del agua cristalina vi un pequeño destello de luz; me estalló el corazón de felicidad y excitación al ver que no fue un reflejo de las luces de las farolas de la costa. Realmente algo pequeño sobre el fondo creó luz, una luz blanca brillante y nítida que parpadeó un instante, luego de unos segundo otra más y luego otras más comenzaron a unirse y parpadear sus luces, luces pequeñas por alrededor aquí y allá chispas de luz divina.

Respire profundamente y me relajé y ya no tuve miedo, solo ante ellas les pedí por mi por ti y me disculpé por nosotros, por nuestra torpeza, por nuestros torpes egos, por todo lo que le hacemos y nos hacemos a nosotros mismos, destruyendo lo hermoso, pisoteando los jardines de las flores de la inocencia, de la pureza de espíritu que diariamente contaminamos. La envidias de los resentidos y mediocres; la pereza de los inútiles por elección, disculpando sus estériles excusas culpando a alguien más.

Comprendí que es lógico que muy pocos nos tomemos estas cosas en serio, porque la mayoría cree que ésto son cosas insignificantes; ilusiones de los tontos los soñadores o delirantes locos que solo estorban el paso del progreso y la corriente que corre por toda la tierra; ellos siguen empujando sin respeto, especulando y creando planes de actos ambiciosos de obtener más "Cosas".

Por eso me asome hasta allí como casi cada noche y ese espíritu consciente bueno y comprensivo me hablo con sus luces, las luces de las luciérnagas marinas.
Me dijo sin decir, me explicó sin hablar porque no hace falta; que solo los hombres nosotros mismos debemos legar hasta ellos, porque ellos existen desde siempre, son ellos los que pacientemente nos esperan y nada puede hacerse a menos que despertemos de una vez y comencemos a amar lo que vale en verdad; nuestras vidas , nuestros sueños y nuestro amor acurrucado en los fondos de las almas temerosas de todos esos niños que seguimos siendo por dentro. 
Para empezar a evidenciar la magia del amor que siempre ha existido para todos nosotros, tomemos cuanto antes nuestro derecho y nuestra herencia divina. JP.
Lunes 2 Julio 2018


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