Cuando la luz borre las sombras

 

Cuando la luz borre las sombras

En las sombras quemaron nuestras casas, bajo su oscuro manto nos negaron el festejo, nos pusieron anuncios de quebranto y nos hicieron rendirnos de rodillas; los que piensan que mañana será nuevo no conviene que nadie los escuche, porque ellos son solo los paganos que se juntan a ordenar en las mentes la sapiencia.

Se jugaron nuestras ropas a los dados y juntaron del granero las semillas, las escondieron del resto del ganado para ocupar un lugar en sus recintos.

Despojados del sol que nos alumbra, de los grillos que se escuchan en los parques, de los abrazos que nos nutre como agua fresca y de los lirios cortados del jardín que en casa nos adornan.


Ahora deambulamos cuál sonámbulos por la cinta que nos marcan con señales sobre piedras. Ya no podemos andar libres sin horarios ni destinos cubiertos y cervezas, en las risas que crecían en horarios fuera del tiempo del trabajo, de oficina, de las tiendas.

Los azules vigilan asustados de que lleves cubierta tu sonrisa, da grima el tocarse a piel al aire y los santos quedaron sin reliquias, se llevaron las joyas que sirvieron para llorar o cumplir la santa hora, ni festejos ni bailes ni memorias; solo falta llamar para que alguien pueda respirar con su derecho, como el aire ahora es pernicioso ya no disfrutas de lo mismo que era otrora.

Si te limpias la nariz con un pañuelo, o estornudas o toses sin mirar a donde apuntas, todos huyen de ti como si, esgrimieras un puñal que empuñas en tus manos o como si rociaras con ácido sus pechos.

Llegara el día de victoria donde nadie se sienta satisfecho, cuando el hombre cansado de sus fobias suelte amarras; ya no habrá quien detenga su euforia, no se creerá ya más en quien te dicta ni quien con un dedo señala que eres sobra.

La matanza por ellos ideada no llegará a ser, porque tu sabrás quien te llamaba y dejarás atrás la vil limosna.

El honor del hombre se alzará y buscará la luz pura que asombra, sin los hijos de madres maldecidas pues quedarán al descubierto sus historias; así mismo el humano que buscabas mirarás de frente a su mirada y hallarás la misma que la tuya, es entonces que sonreirán ambos despiertos a altas horas sin presidios ni castigos ni deshonras. 

Fundirás tu abrazo en la tierra y sentirás al fin que eres gloria.

Cuando el telón caiga por su peso y ya nadie busque otras cosas más que amar sin velos ni con miedos, porque sabrán sin duda que es la hora de cerrar para siempre estas memorias.JP.


Foto de João Jesus en Pexels

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