Menos mal que el cielo existe

 Menos mal que el cielo existe


Tañen la campanas de las iglesias y los sacerdotes emplazan las cifras a sus feligreses. Las potestades desafían a los cánticos absorbiendo las funestas luces de los candelabros puestos en línea.


Mi sangre sale desde mi corazón al espacio impulsada por las voces negras sin sopesar el daño que causen, miro de reojo sobre mi hombro derecho y te veo allí implorando de rodillas que te ayuden y te eximan del pecado. No sirve negar tus errores ni sirve que te hayas impuesto rezar luego de cometidos los actos.
Las potentes luces existen y no están extintas, ellas desprecian las columnas de orión ya que brillan más que cien soles.
Superiores fuerzas enciman mi mente y nos veo allí, luchando por un trozo de pan sin siquiera sospechar de que la hogaza es infinita y no rechaza a nadie.
Sostienes las banderas hechas a mano reclamando tus derechos y los que sienten deseos de morir encima mío pierden el control.
Los cadáveres enterrados sin nombres ni estrellas que los guíen siguen allí sin méritos ni memoria. Porque los que cavaron sus fosas pasan por encima pisoteando sus ideas y sus sueños lavados con desencanto y la injusticia reina a sus anchas.
Aquí donde moramos aquí donde soñamos y aquí donde claudicamos, cayendo está la gente de rodillas implorando justicia que no llega y los méritos se disfrazan con trajes y vestidos caros, rechinando neumáticos sobre el asfalto con sus coches caros mientras la chusma rebusca en la basura.
¿Crees de verdad que así es esta vida sagrada? ¿Quién dispone de sus años y descorre las cortinas cada nuevo amanecer, de las sombras que cubrieron la noche?
No es humano el derecho ni es su pobre poder sobre los otros moradores de este suelo bajo este cielo.
Cada uno cabe en una caja y da igual lo lujosa o simple que sean sus materiales, todos nos iremos por el mismo sitio sin poder decir aquí me quedo a mi antojo.
Las almas que suben en silencio desprovistas ya de sus medallas y sus insumos, no reservan sus plazas en lugares vip, porque cada uno tiene su lugar ya definido una vez terminado su contrato e irán donde les manden sea rechisten o callen allí irán.
Menos mal que existe cielo y que las naves acorazadas y los soldados con pertrechos no saben donde está, ni tienen poder las balas ni los insultos lo manchan ni puede herirse a nadie ni entre ellos ni contra otros porque ya no existen enemigos. Donde existe el cielo siempre es mediodía y las campanas reales están llamando a recibirnos y las trompetas de gloria suenan en acto solemne a nuestro arribo.
Menos mal que el cielo existe, si así no fuese tiraría ahora mi pluma de escriba y sucumbiría de pena más que las lágrimas amargas que encojen el corazón y el dolor sería mi único espacio y así moriría sin la cura del amor que existe en este cielo que también existe aquí y ahora mismo donde estamos parados y respiras y percibes los entornos y tienes hambre y sed de esa justicia del cielo.


Menos mal que el cielo existe... Mira a tu alrededor ¿Lo ves?. JP.

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