"El circo Desolé j'etais a la banque"

"El circo Desolé j'etais a la banque"


Mientras las horas pasan restan los días de vida, las pesadas cadenas arrastran a miles de hombres al ocaso del día.
Nadie pretende vivir para siempre ¿O sí?
Resultado del enfoque que le damos a los días pretendiendo que no pasan, sistemáticamente revuelven la basura sin quitar la paja en el ojo ajeno, más pretenden un mundo nuevo.
Parientes del escaso momento de verdad enredan la soga en su cuello sin darse cuenta y limpian de lágrimas los ojos mientras se secan sus garantas.
Participan en el engranaje del sistema y siguen las voces que les dictan por donde ir.
Un ciego guía a un tuerto y en las plazas se oxidan los columpios que antes brillaban de risas ingenuas.
Nada está en su sitio, los rodeos se toman por costumbre y nadie da el paso directo todo es relativo y la verdad llora en las esquinas viendo como pasan de largo las mentiras riéndoles en su cara demostrando ser ellas las que reinan sin freno.
Cada uno pronuncia un nombre y defiende su corral, pero no sienten el deseo de servir, sino de servirse y solo eso.
Para todos la ley de la naturaleza es una y algunos pocos se rehacen de las desdichas bebiendo el prana invisible del aire siempre lleno en abundancia.
Los matices desconciertan, las revelaciones se mezclan con lo vano y así resulta que nadie se escucha y todos opinamos.
No es que me siente sobre una roca a observar lo que pasa y no participe del circo, no puedo quedarme tan tranquilo viendo como unos comen a bocados el pastel que alcanza a exclusivamente unos pocos, mientras la mayoría mira detrás de los cristales babeando y deseando poder saborearlo.
Cuando un día reciba el aviso de callar lo haré sin recelo, mientras tanto digo lo que sé y lo que mi alma pide que diga. JP.

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