La interminable tarea



              La interminable tarea




Manos abiertas, emociones nuevas, desplazándose sobre el teclado, anuncian que vendrá, sin saberlo, los aspectos que se entrelazan y rebotan en la mente, los obreros de día trabajan y luego descansan,, pero tú no puedes hacerlo, porque llevas mucho tiempo escuchándome y sabes que mientras la turba resuene no podrás tener paz.






Mi silencio dice que mires el pueblo y que vivas cada día sin esperar nada, puesto que ya está escrito que verás las ayudas que vendrán a sacarte de allí de ese modo precario y sin esperanza, los abominables hombres que luchan entre sí declaran cierto lo que en verdad no existe ni las momias renacerán ni los niños perecerán sin estar despiertos, yo los ayudaré y los salvaré; dedícate a escribir y pasar mis notas que muchos aún no llegan a entender ¿Qué pasa? Ni saben ¿Cómo hacer para sobrevivir? Sin perder el pellejo.

Las ambulancias transitan día y noche y los gritos no dejan de sonar, sobre todos ellos anuncia que nadie se perderá de vista y que todos están registrados en mi libro.

¿Por qué hacer cosas tremendas sin esperar mi voz? Los comunicados que te envío son de esperanza y no piden nada a cambio; solo beben los que sed de amor, perciben que he impuesto comprender mis notas sin recelo y por las dudas encienden el candelero. Ya los astros anuncian la noche en que vengan de ti mis palabras para que piensen en ello mientras caminen con sombras por las calles.

Luego de esto vendrá al fin la paz tan esperada donde nadie segará el trigo con pensamientos mezquinos.

Así se habrá cumplido con mi plan que no termina ni terminará, pues la tarea recién empieza. JP.

Foto de Johannes Plenio en Pexels

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