Tú la llama
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Tú la llama
Julio Perdriel 16 de Octubre el 2011
Ayer te espere y no vinísteis, nadie pudo encontrarte esa mañana , en la fosa del estanque te veo tan guapa, aprisionas los ángeles en él borde, yo navegue por las cumbres de un azul cielo si tú me acompañabas . Cuando era niño sentía tu fuego; Ardía en mi pecho una hoguera que con su ardor me quemaba , sin quererlo ver, lo avisasteis que vendría un día en el ocaso del tiempo , donde no habrá hombre ni nada, que no resuene en tus botas los orígenes del cielo , nunca pensé en tu nombre como lo hago ahora , nunca sentí el dolor del desconcierto. Nuestra alma divaga quejosa y entregada, pero ahora ya es casi tarde; ya casi nadie te llama , nadie te piensa ni aclama, ni siquiera los más grandes , menos aún los pequeños , los que descubren tu fuerza, ni siquiera sienten ya ganas de retenerla, porque si ella se ha ido no quedan rostros sin sombras , púlete en las orillas de las piedras afiladas del sendero y del camino que has llegado hasta su fin . Mis memorias de llama, ya no son más que brasa, partiré a buscar tu nombre cuando de tí no halle nada ,para que subas al hombre, donde en tí su fuego quemaba; pero vivir por vivir ya casi nadie siente nada. Si lo quisiéras Tú ver, ponte los ojos al alba y estad despiertos de noche, no os durmías entre las llagas. Parece ser que si siéntes que en tí aún desvelada, la luz primera y cercana; saludarás la alegría del nuevo sol en tu cara; despertára allá atrás en el tiempo, cuando titubiantes pasos dabas; un gran sabor de victoria, de goce, de amor y de hazañas; que volverá por tí "Hombre", no renuncies a tu escala. Para tenerte de nuevo junto a la luz dorada, donde no entren las sombras, ni miedos ni dolor ni muerte. Solo el calor de tu Llama .
Tú la llama
Julio Perdriel 16 de Octubre el 2011
Ayer te espere y no vinísteis, nadie pudo encontrarte esa mañana , en la fosa del estanque te veo tan guapa, aprisionas los ángeles en él borde, yo navegue por las cumbres de un azul cielo si tú me acompañabas . Cuando era niño sentía tu fuego; Ardía en mi pecho una hoguera que con su ardor me quemaba , sin quererlo ver, lo avisasteis que vendría un día en el ocaso del tiempo , donde no habrá hombre ni nada, que no resuene en tus botas los orígenes del cielo , nunca pensé en tu nombre como lo hago ahora , nunca sentí el dolor del desconcierto. Nuestra alma divaga quejosa y entregada, pero ahora ya es casi tarde; ya casi nadie te llama , nadie te piensa ni aclama, ni siquiera los más grandes , menos aún los pequeños , los que descubren tu fuerza, ni siquiera sienten ya ganas de retenerla, porque si ella se ha ido no quedan rostros sin sombras , púlete en las orillas de las piedras afiladas del sendero y del camino que has llegado hasta su fin . Mis memorias de llama, ya no son más que brasa, partiré a buscar tu nombre cuando de tí no halle nada ,para que subas al hombre, donde en tí su fuego quemaba; pero vivir por vivir ya casi nadie siente nada. Si lo quisiéras Tú ver, ponte los ojos al alba y estad despiertos de noche, no os durmías entre las llagas. Parece ser que si siéntes que en tí aún desvelada, la luz primera y cercana; saludarás la alegría del nuevo sol en tu cara; despertára allá atrás en el tiempo, cuando titubiantes pasos dabas; un gran sabor de victoria, de goce, de amor y de hazañas; que volverá por tí "Hombre", no renuncies a tu escala. Para tenerte de nuevo junto a la luz dorada, donde no entren las sombras, ni miedos ni dolor ni muerte. Solo el calor de tu Llama .
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