Arrastrando los zapatos
Arrastrando los zapatos
Arrastrando los zapatos por la tierra, sin levantar
demasiado polvo, conviene pararse de vez en cuando y ver cómo están tus suelas
luego de mucho andar. Sin perder la
vista en el horizonte que tienes frente a ti, pero debes detenerte así de vez
en cuando mientras das una mirada a tu alrededor; pienses y digas parece
mentira que hayas llegado hasta aquí...
Los peces en el agua del estanque, girando y girando
buscando alimentos, los árboles absorbiendo el sol y las gotas de lluvia, de
vez en cuando el viento azota sus ramas y sus semillas vuelan lejos para volver
a nacer como un ser independiente sin remordimientos ni recuerdos bastos, solo
crecer y buscar la luz siempre la luz. Mientras las viudas miran por las
ventanas de las noches oscuras y los niños que lloran pidiendo comida y abrazos
que no vienen porque es tarde y aún no llegan a casa.
Al soltar las amarras
del destierro perfecto, solventarse en tus excusas, en tus credos y en tus
dogmas, sopla el viento del escándalo por doquier, necesito, necesitamos recobrar el aliento; al menos un poco para
seguir “viviendo” no solo existiendo,
como los peces, como las semillas, sino como seres de conciencias altas, de
sueños lejanos y de realidades cercanas y grises pero con esperanzas.
Perdonarte es lo duro, por qué no lo entiendes y no nos
entendemos; si la música bella existe, si los arboles dan su sombra y su fruto,
si alimentos hay de sobra en la tierra,
si los pájaros cantan al alba y los musgos crecen en las orillas, porque no nos
abrazas ahora y despliegas nuestras alas que quemadas se marchitan sus plumas.
Partí una tarde de mi tierra, hasta otras orillas bellas,
pernocté en los recuerdos, deslumbré mis ojos con nuevos horizontes y coloridos
amaneceres; ¿Perderá la luz la aurora antes que nos vengas? ¿A de padecer
angustias y quebrantos mi alma abierta sin saber la hora de tu regreso?
Porque paraísos bellos , no tienen púas, ni pinchos ni armas
que destruyan solo sirven de la gracia que envuelve a los niños, los hombres y
los ancianos, sin embargo no te veo que me lleves hasta el borde y me enseñes
la palabra que resuelve y confirme, la que tienes escondida de mis manos y mi
mente, mis versos no alcanzan siquiera a cubrirme ni alegrarme, porque siento
que no estás en el abrigo ,ni podemos abrazar la paz tan ansiada hasta que tu
no vuelvas y me despiertes de las sombras que me rondan a mí y a mis hermanos . Antes que mis pies arrastren directamente sobre la tierra porque no queda más suela por debajo.
5 Octubre 2017 JP.
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