No vale todo, aunque todos somos valiosos.

No se trata de las hojas que caen de los árboles en otoño, no se trata de los fuertes vientos del invierno, ni de los soles que resquebrajan la tierra en veranos de sequías, ni son las olas que golpean las rocas de la costa, no son los animales los que provocan los males, ni los ojos que miran con ternura un niño, ni los brazos que miman la inocencia; ni tampoco son los hombres que trabajan con ahínco y esmero en lo que aman, no son las ovejas culpables de nada, solo somos nosotros, todos nosotros.
Unos por necios otros por sordos, por ciegos; por soberbios o codiciosos, los indolentes los que espantan los pájaros, los que tiran arena salpicando al que descansa en las playas, los molestos, los ruidosos, los graciosos, los violentos, los que destruyen lo bello, sean los parques pisoteando las flores, sean las calles llenándolas de basura o rompiendo por diversión maléfica, o sea alterando con gritos o pitadas los pacíficos parajes.
No soportan, no quieren ver, no desean vivir en paz y armonía.
No quieren que los nombres, porque les encanta hacer trampas y sorprender a los inocentes, quitarles el chupetina a niños, los que a sabiendas de las leyes cívicas; les encanta transgredirlas con absurdas excusas de solo es broma, no nos dimos cuenta o utilizando cruzadas en nombre de…
Hipócritas mentirosos, no merecen ni el suelo que pisan , ni el aire que respiran, ni los dones que poseen; resentidos por su propia ignorancia, por su propios fracasos, por su infelicidad, por culpar al mundo de sus frustraciones; agrupándose en manadas para arrasar todo a su paso, porque son cobardes y necesitan de otros como ellos para tomar el valor de hacer el daño que ellos solos no tiene valor de enfrentar; hasta que otros como ellos, se montan un arsenal y salen a destruir y matar con las mismas excusas disfrazadas con diferentes causas. Según estos, son valientes porque lo único que tiene que hacer es apretar un gatillo o blandir un hacha y descargar todo su odio sobre cualquier indefenso.
No se trata del mundo que habitamos, sino la sociedad que alimentamos; la naturaleza perfecta ¿Quién puso lo demás?
No se trata solo del dolor que a mi persona causa todas estas razones; se trata del dolor por saber que ahora mismo si queremos podemos vivir en una sociedad diferente; amorosa, respetuosa con el entorno y con los demás seres. Todo tiene vida, todo existe por una razón. Por motivos que no se justifican seguimos conviviendo en ésta “absurda civilización”
La de ésos no son razones son berrinches, son excusas, caprichos, son subordinados a la sociedad de zombis, de hombres lobo y de súper héroes y villanos con brillantes trajes o grandes máquinas y armas de destrucción; son sub- humanos. Confunden amor propio y dignidad con orgullo o identidad ancestral. Amor propio… Si al menos se amaran de verdad un poco, nada de esto existiría ya.
Solución: Comienza a ver al mundo con un amor especial, empezar a querernos a nosotros mismos para así poder querer tanto o más a los demás.
A medida que vayamos aceptando de que necesitamos de todos los que nos rodean para concretar las cosas más hermosas jamás soñadas alguna vez y así se nos harán realidad. JP.

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