"La fuerza del amor"

"La fuerza del amor"

Camino sin espacios entre fuegos cruzados y letargos arrullados por los embates del exterior, conmigo llevo junto a mi mesa mis estorbos anunciados, despido de mis entrañas las luces que antes me alumbraron; hoy reciclo los modelos que una vez fueron mis señales ideales…

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La fuerza del amor

Desde que paso del estado cognitivo al estado alterado de las místicas estancias sin tiempo, me deslizo por entre las barras de sus lustrosas maderas y me cambio de vestimenta para vestirme de blanco, mientras recorro en la memoria a los ancestros que se quedaron entrelazados en mis brazos cansados ya de sostenerlos; mis hermosos marcos de sencilla voz me rehacen de mi mismo, solo les pienso decir que mi amigo que vocea entre mis sueños se resiste el dejarme solo por completo.

Mares hervientes cubren las calles de mis territorios y no veo ninguno de mis amigos que venga a recogerme, sin embargo ya no ayuno más por ellos ni les pido que me hagan el favor de salvarme del pesado consumismo de la tierra.

Para mi el que llega será un día de alborada, la que me reciba en la casa del ser amable y despojado de querellas ni prostíbulos que reclamen mi peculio.

Será ése el día que te vea a ti sin un solo motivo que rechaces, porque sabrás que aquellos años han terminado para siempre y que lo que de ahora en más viniere será una fiesta de alegría sin reparos ni lisonjas.

Jamás desearás volver a acechar a nadie, ni prestarás tus oídos a los que manden destruyas lo bello de lo bueno, solo dirás “Te esperaba tantos años de luces ahogadas y ahora vemos claro quien pensaba que quedaras a oscuras, los que vienen al servicio treparan por las murallas de los amos de las arcas y derretirán sus espadas con solo una mirada, desatarán las ligaduras y todos seremos al fin libres.

“Libres para reír, para cantar, para ayudar y sanar las heridas de los nuestros; los que sientan que en verdad se puede renacer sin estorbos ni placas de bronce sobre sus cajas, las que miraban a la espera saltarán a las plazas y victorearán a la vida, a la luz y a la más férrea esperanza porque seremos millones abrazados y felices, juntos partiremos esa mañana que nazca y será una paz que durará para siempre sin registros ni bitácoras. JP.


F. e. Peculio -(Bienes)-

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