Sinceramente gracias
"Sinceramente gracias"
Manda más de las calles el servicio de empresarios remueve el piso de los trabajadores discerniendo de los detalles a cumplir , serán ellos los que laven la ollas y los enceres del servicio.
https://www.pexels.com/es-es/@bill-emrich-64742
Cont...
Despacio y sin problemas llevarán a cabo sus faenas, dedicándose a ser especiales en detalles que sirvan al cliente. Mejoras en los parques y los árboles ahora más abiertos y limpios después del parón de todos estos días, las amarras levantadas del empréstito del gobierno.
Miles de pasos dados hacen que pasees sin estar encerrado entre tus cuatro paredes, aparecen las mañanas sin estorbos, en las casas se pide más y mejores cosas pero casi nadie respetó los anuncios antes de esto, de a poco fuimos comprendiendo que es mejor hacer las cosas bien que mal.
Cuando entiendes que nadie es mejor que nadie y que todos dependemos de todos sin importar si eres de aquí o de allá, ni cual es tu nombre ni tus apellidos, los honores se ponen en quienes realmente merecen ser respetados y valorados como nunca antes se hizo, los trabajadores que antes desdeñabas ahora son los mejores en hacer que vivas tranquilo a sus cuidados, los que trabajan haciendo cosas que miras de lo lejos porque no quieres involucrarte en esos menesteres tan osados, pero afirmas que sientes que ellos son los que realmente ayudan a los demás.
Ahora la bola está en tus manos sin excusas y en las manos de cada uno de nosotros; somos responsables de mejores cosas o del desastre, ser responsables no solo por tu seguridad y tu salud, sino por la del que te da de comer o higieniza a tu padre o la que lava la ropa de los enfermos, los que trabajan recogiendo la basura de las calles, los que roban horas de sueño con su servicio, mientras tu y yo dormimos en casa.
Algunos nacen detrás de estas cosas porque son reales en vocación de servicio a la comunidad y sin embargo piensen que milagros están ocurriendo ahora mismo, los médicos, los hospitales, los anuncios de quédate en casa, los silbatos de los que llaman al orden y siniestras manos no desean respetar las ordenes mientras unas manos amorosas reciben una nueva vida que a pesar de todo siguen llegando al mundo.
No basta con aplaudirlos, sería mejor que no aplaudieras pero que respetaras la integridad de todos y la tuya misma; porque en cada pequeño acto de responsabilidad individual se refuerza la unidad de la sociedad, siendo más justos, menos egoístas y más solidarios con todo el mundo. Eso es mucho más digno y honesto que batir palmas sin sentido de correspondencia. Puedes engañar al resto pero no a ti mismo.
Así se crean las sociedades más evolucionadas, los que quieren crecer y ayudar a crecer a los demás porque entendemos que al final todos estamos en el mismo barco y no es una utopía es una obligación y un derecho moral, ya que hemos tenido mucho más tiempo, lo suficiente como para aprender que al final el amor no puede disfrazarse y que tarde o temprano la luz que nos creó está volviendo a ocupar su lugar, no la retrases con berrinches, ni intentes apagar lo que es un don infinito y verdadero. JP.
Manda más de las calles el servicio de empresarios remueve el piso de los trabajadores discerniendo de los detalles a cumplir , serán ellos los que laven la ollas y los enceres del servicio.
https://www.pexels.com/es-es/@bill-emrich-64742
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Despacio y sin problemas llevarán a cabo sus faenas, dedicándose a ser especiales en detalles que sirvan al cliente. Mejoras en los parques y los árboles ahora más abiertos y limpios después del parón de todos estos días, las amarras levantadas del empréstito del gobierno.
Miles de pasos dados hacen que pasees sin estar encerrado entre tus cuatro paredes, aparecen las mañanas sin estorbos, en las casas se pide más y mejores cosas pero casi nadie respetó los anuncios antes de esto, de a poco fuimos comprendiendo que es mejor hacer las cosas bien que mal.
Cuando entiendes que nadie es mejor que nadie y que todos dependemos de todos sin importar si eres de aquí o de allá, ni cual es tu nombre ni tus apellidos, los honores se ponen en quienes realmente merecen ser respetados y valorados como nunca antes se hizo, los trabajadores que antes desdeñabas ahora son los mejores en hacer que vivas tranquilo a sus cuidados, los que trabajan haciendo cosas que miras de lo lejos porque no quieres involucrarte en esos menesteres tan osados, pero afirmas que sientes que ellos son los que realmente ayudan a los demás.
Ahora la bola está en tus manos sin excusas y en las manos de cada uno de nosotros; somos responsables de mejores cosas o del desastre, ser responsables no solo por tu seguridad y tu salud, sino por la del que te da de comer o higieniza a tu padre o la que lava la ropa de los enfermos, los que trabajan recogiendo la basura de las calles, los que roban horas de sueño con su servicio, mientras tu y yo dormimos en casa.
Algunos nacen detrás de estas cosas porque son reales en vocación de servicio a la comunidad y sin embargo piensen que milagros están ocurriendo ahora mismo, los médicos, los hospitales, los anuncios de quédate en casa, los silbatos de los que llaman al orden y siniestras manos no desean respetar las ordenes mientras unas manos amorosas reciben una nueva vida que a pesar de todo siguen llegando al mundo.
No basta con aplaudirlos, sería mejor que no aplaudieras pero que respetaras la integridad de todos y la tuya misma; porque en cada pequeño acto de responsabilidad individual se refuerza la unidad de la sociedad, siendo más justos, menos egoístas y más solidarios con todo el mundo. Eso es mucho más digno y honesto que batir palmas sin sentido de correspondencia. Puedes engañar al resto pero no a ti mismo.
Así se crean las sociedades más evolucionadas, los que quieren crecer y ayudar a crecer a los demás porque entendemos que al final todos estamos en el mismo barco y no es una utopía es una obligación y un derecho moral, ya que hemos tenido mucho más tiempo, lo suficiente como para aprender que al final el amor no puede disfrazarse y que tarde o temprano la luz que nos creó está volviendo a ocupar su lugar, no la retrases con berrinches, ni intentes apagar lo que es un don infinito y verdadero. JP.
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