Solo cinco minutos de tu día

                                                             Solo cinco minutos de tu día

Parece un sueño volver a recordar; desde pequeño me llevaba tiempo comenzar el día saltar de la cama era una tortura no quería volver al mundo de la realidad cotidiana de los deberes de las protestas y los anuncios de la tele cuando cada día aparecían nuevas muestras de batallas de todo tipo, competencia de todos contra todos, de miles de hombres combatiendo a diario por sus conquistas, sean urbanas, o laborales, por los derechos humanos, por la libertad de presos políticos, por la liberación femenina, por los indefensos cayendo en las guerras…
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Todo eso había al despertar cada mañana. Han pasado décadas desde aquellas malas mañanas.  Hoy veo el resultado de tantas angustias, de tantas rebeldías y protestas contra mi madre, contra mis hermanas mayores; estaba solo…

Nunca me adapté antes y menos aún hoy, porque todo ha ido a peor; seamos sinceros por una vez y reconoce que tu tampoco has logrado sentirte a gusto contigo y tu entorno porque nadie es feliz plenamente, menos aún a corto plazo y ni hablar de largos plazos de placentera felicidad paz y armonía.

Cuando tuve mi primera epifanía trastocó todo mi ser por completo, descubrir que toda mi lucha y todas mis protestas tenían un motivo real y verdadero. Que durante todos esos años previos sufría sin saberlo por lo que íntimamente sabía o quería creer que había detrás de la realidad pintada que me impusieron a mi y a todos los hombres.

Comprendí que somos tan ignorantes de lo que en realidad significa amar sin condiciones ni imposiciones, sentirte amado por completo siendo humano y tocado por la indescriptible plenitud de una luz que te envuelve en tu totalidad.

No me quedó más remedio que romper en llanto porque al fin todo cobraba sentido, no estaba errado, todo por lo que me había revelado desde pequeño y todo el resto de mi vida hasta ese momento mágico. De pronto cobró sentido y todo encajó como la última pieza de un rompecabezas; a partir de ahí me propuse revelarlo a los cuatro vientos y sin reparos, contarlo una y mil veces, intentando describirles a cada persona que se me acercaba lo que sentí. Pero mucho más importante aún de lo que sentí era y es que en realidad el amor puro existe y que ése amor tenía inteligencia, estaba vivo, sobrepasaba todas mis expectativas y mis preguntas.

Realmente existía algo más grande, más sabio, más coherente y certero que cualquier libro escrito, que cualquier experiencia humana antes vivida; era verdad porque tenía la prueba física y completa de su existencia. No dejaba dudas en mi ser, pero cuando me puse a la tarea de transmitirla a todos; sentí desazón y la desilusión abrazo mi alma casi por completo; porque al intentar compartirlo, al querer que todos despertaran y se terminara definitivamente con esta sociedad basada en la mentira. Fui golpeado por la indiferencia, la burla, la negación y el rechazo; de no ser porque lo que viví era más real que mi propio cuerpo físico hubiera preferido no haber nacido.

La energia de ése ser por llamarlo de alguna forma, el amor de esa energia me embistió hasta mis huesos y por un momento pensé que explotaría mi corazón de alegría al sentirle envolverme por completo.

Mucho tiempo ha pasado desde aquella primera vez y aún persisto porque no puedo ser otra cosa que lo que soy, no puedo decirlo con mejores palabras porque no las tengo; si las tuviese ya las hubiera utilizado y más aún si hubiese tenido la oportunidad de ser escuchado, lo hubiera gritado a los cuatro vientos sin dudarlo; pero como ven no ha sido así…

No sé jugar al juego humano, no comprendo los motivos y excusas que nos ponemos para no “Ser”. No nos creemos, no nos fiamos los unos a los otros; sin embargo seguimos jugando el juego inverosímil  de conquistar el poder de tener más para tener el poder de pisar sobre las cabezas de los demás sin importar los daños.

“El fin justifica los medios”…

Si lo que afirmo no existiera, si lo que cuento no es verdad y este mundo es solo lo que creen que es, sin esperanzas ni remedio, entonces podría comprender que solo importa el “sálvese quien pueda”…

Pero gracias a Dios, no lo es y gracias a él todavía hoy vengo a entregar mi corazón.

Muchos se dedican a mantenerse en forma y son constantes. Otros comienzan y a poco abandonan. Si al menos intentaras ser constante cinco minutos de tu día para creer veríamos no solo como cambia tu vida sino la de toda la humanidad; no pierdas tiempo, sin importar el que te queda. Comienza a amarte ahora mismo, créeme vale la pena JP.

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