Ahora, antes que llegue el invierno



Ahora, antes que llegue el invierno

Salirse del listado acompañarte en las pesadas cargas, sentirse enamorado de las simples cosas, no resta saber lo que piensas; solventarse en mis estrofas no aminora el ritmo de tu vida pero te invita a reflexionar y ver lo que algunos no son capaces de sentir. Si la vida es una sola y la memoria retrasa los actos porque sabes que te ajusticiarán si te sales del camino trazado por los reyes...
EL FINAL DEL CAMINO - Centro Areté
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Mires donde mires encuentras leyes que prohíben y recortan libertades, nacimos libres de pecados y sin embargo parece ser que nadie es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Los mismos que dictan esas leyes son los primeros en saltárselas; así no se puede dar ejemplos a seguir, al menos no los buenos ejemplos ¿Qué nos queda? Solo queda nuestra propia moral, nuestra ética y nuestros pasos en sandalias cuando te niegas a usar las botas.

Si los que las llevan puestas no son ejemplo de libertad e independencia, si los niños siguen llorando desconsolados al costado del camino, si los granos de trigo se esparcen en mesas lujosas y las calles se muestran siniestras ¿Quién mirará por ellos? Los ancianos que sirvieron fielmente hasta la extenuación, y cumplieron esas tristes y duras leyes ¿Por qué entonces a la hora del descanso merecido deben pagar la deshonra? Tanto tesón entregado para terminar a solas llorando con lágrimas secas porque ya no le quedan aguas que derramar.

Días antes ellos eran los guías, llevaban sus barcas y proveían de frutos y de confortables camas.

Hoy que deberían disfrutar de un descanso merecido, de los abrazos retrasados, de las horas perdidas en que no pudo quedarse a darte su calor y demostrarte su amor por cumplir con los que cobran.

Nacidos benditos y despojados del blanco puro para encorvar nuestras espaldas y sobrevivir entre grises y negros; mientras vemos pasar los colores verdaderos y bellos por las ventanas. Solo esperar impacientes el momento de salir de vacaciones, es tanto el afán y tantas son las ganas que no miramos por donde vamos y pisamos y empujamos y bebemos y comemos como si no hubiera un mañana. Pero no es hambre de alimentos, ni sed de nutrir el cuerpo; es venganza y desquite de equilibrar en poco tiempo lo que no nos permiten hacer en horarios de pavimento.

Así el amor se enturbia y nos empaña la vista, nos enreda entre maletas y nos gobierna hasta en tarjetas.

Lo único que alimenta que equilibra y nos siente, lo dejamos para después cuando llegue el largo invierno.

Cuando ese tiempo al fin llega te encuentras sin alimentos, porque ya se fueron las horas y las risas y los tiernos momentos, tus hijos, tus padres y nietos se embarcaron hace horas y nadie revisa tus silencios. Ahora te quedas solo pero además sin contento, porque todo se ha quemado, tu vida tu hogar y tu tiempo.

Solo queda esperar que venga el tren a buscarte, que tienes el billete pagado y te guardan el asiento.

Pero aún puedes tu cambiar y tomar el rumbo recto, solo depende de ti .

Despierta y aprovecha ahora que tienes aliento; ama entrega y disfruta de quienes te quieren sin cuento, porque los que salen a hora sabes que son los impuestos. JP.


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