Contacto

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La soledad aparente nos impulsa a encontrar compañía, es como que algo nos falta si estamos a solas con nosotros mismos; genéricamente sentimos el deseo de encontrar a alguien más para que nos complete...
al aire libre, amanecer, cielo
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Entiendo que naturalmente fuimos hechos para multiplicarnos y es por una parte esa búsqueda de formar pareja y procrear para que la raza se multiplique la que nos impone hacerlo; pero también es verdad que la mayoría de las veces la buscamos desde la ilusión, alguien que nos deslumbre o nos atraiga por distintos motivos; la mayoría son por algún interés particular dependiendo de nuestro entorno y en las pautas marcadas por nuestros padres y sociedad, que si no te casas antes de cierto tiempo no estás completa/o y te dicen que eres un fracaso; si no tienes hijos no eres completo, si no consigues logros materiales que te aseguren un futuro estás fuera y muy pocos te querrán.

Los que lo consiguen y hacen todo lo que se debe y todo marcha según el plan social, se empecinan en seguir en ello hasta el final de sus días, aunque no sean felices y nunca lo fueran, no importa, lo importante es cumplir tu rol social porque en definitiva es lo único que vale.

El despertar nos revela que nadie tiene necesidad de encontrar esa compañía porque ya somos seres completos y totalmente auto suficientes; sin embargo nos embarcamos a encontrar algo más que nos llene a algo que ya venía lleno. Llenos de amor y esa… Llamemos la energía, esencia o como quieras llamarlo la traíamos con nosotros, porque desde cuando fuimos creados hasta el presente en esta vida terrestre seguimos siendo éso, puro amor sin fecha de vencimiento.

Cuando tomas consciencia, descubres que en realidad ya no “Necesitas” Sino que deseas desde tu alma, entregar y compartir con otros tu esencia de amor. No tienes que demostrar nada a nadie porque lo que haces lo haces desde el amor, lo crean o no es lo que das.

Cuando eres consciente no necesitas elogios ni te importan las críticas, porque quien más que tú sabe cómo y porque haces lo que haces. Aunque lo grites a los cuatro vientos, muy pocos te creerán porque no están preparados para recibir sin dejar algo a cambio porque nadie da nada gratis; como en un canje. Yo te doy pero tu me tienes que devolver, si no me devuelves tanto o más de lo que te dí estás en deuda. Todo es una transacción ¿Si me das? 
Te doy…

Los padres con sus hijos y viceversa, los jefes con sus empleados, los socios, los amigos. Así todo ha derivado en un gran mercado Persa.

Mientras tanto, nuestra alma pura duerme en un desván olvidado, da mucha pereza despertarla y algunos temen que al despertarla tengan que desprenderse de cargas inútiles.

Lo que más temen es quedarse solas/os.

No fuimos los primeros. No estamos solos y tampoco somos los últimos, en realidad somos una sola especie.

Los buenos, los que nunca nos abandonaron y los que elegimos lo malo. Por eso no fuimos los primeros, sino a los que se trata de rescatar que sabemos somos todos nosotros. JP.

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